domingo, 14 de mayo de 2017

El Papel vs El Entretenimiento Comercial

El Papel vs El Entretenimiento Comercial

Desde los anales de la literatura, hasta los tiempos presentes y probablemente en las décadas próximas, esta se ha plasmado sobre el papel. El medio por excelencia para depositar un escrito y comunicarlo. A través de la evolución de la escritura comenzando por las pinturas rupestres en cavernas prehistóricas, pasando por el tallado en tablas de mármol o piedra; con la invención del primer alfabeto, de la caligrafía en china, el lenguaje etrusco reemplazado rápidamente por el latín, hasta la invención del papel. Este medio considerado la manera más eficiente hasta hacía unas décadas de conservar información, de plasmar una idea. Teniendo como precedente más parecido al papiro, una especie de vegetal usado en el antiguo Egipto para escribir y archivar eficientemente alguna idea, un concepto.
El papel, siendo tan delgado, tiene como ventaja el poder archivarlo en un espacio muy pequeño. Con la llegada de la imprenta gracias a Gutenberg, se distribuía mucho más rápido llegando a más personas trayendo consigo la disminución del analfabetismo en un gran porcentaje ofreciendo a mano dispuesta periódicos, revistas, diarios, entre otros. También gracias a esta invención se marcó un antes y un después en la reproducción de libros, ya que antes se copiaba directamente a mano y esto estaba bajo el dominio de la iglesia católica; la imprenta rompió ese sello brindando libremente conocimiento, ideas, pensamientos, teorías, conspiraciones, conceptos, cuentos, novelas, guiones de obras, por nombrar algunas cosas. Trajo una revolución intercultural al alcance del papel. Hasta hoy en día, estando en medio de las décadas en donde el internet es el medio masivo por excelencia para recopilar información, y enviar textos escritos virtualmente, se siguen llenando las librerías y bibliotecas del mundo de grandes títulos, teniendo un partícipe de la distribución literaria e informativa: Las revistas, los periódicos, los libros… virtuales.

Por otro lado, tenemos esto: La literatura y comunicación virtual, es decir, por internet. Claro está que únicamente la literatura es lo que se tocará en este escrito. Desde la invención del internet en la década de los 60´s como apoyo para la comunicación privada entre militares estadounidenses, se había usado específicamente para eso, la comunicación, transmitir información, aunque no fue hasta 1980 que se introdujo globalmente la “World Wide Web”, también conocida como “www”, para hacer pública esta red de intercomunicación entre ordenadores. Más temprano que tarde la gente, grandes empresarios, vieron el potencial que este nuevo medio tenía convirtiéndolo en un medio masivo de comunicación. Ahora se le considera el medio masivo de comunicación por excelencia siendo eficaz y el más rápido, comunicando a un par de personas de más de 15.000 km en menos de 5 segundos a través de un mensaje. Otro antes y después se había marcado ya, y era irrefutable, y lo sigue siendo, el afirmar que es el medio masivo de comunicación más rápido de la historia haciéndolo casi perfecto. Casi, porque así como aventaja inconmensurablemente a los demás medios en varios aspectos, también es retenido detrás de muchos otros por sus defectos que no se quedan para nada atrás. Algunos ejemplos de los más significativos es el control, el analfabetismo y el desvanecimiento de algún trabajo.

Primero con el control. Hace referencia a que controlar cada sitio web por un moderador es imposible, prácticamente cualquier persona puede introducir cualquier material a cualquier página que le plazca, claro que si es material ilegal lo más probable es que termine en un cuarto oscuro con una lampara señalando su cara y un par de hombres con un expediente de la persona sobre la fría mesa de metal. Hay excepciones, y muchas. Desde material pornográfico, pasando por venta de armas, drogas, inclusive tráfico de personas y órganos, hasta un suicidio transmitido en vivo o plagas de sujetos cretinos creando problemas a nivel global por este medio. Si, los hay. Estos casos son reales y existen. Eso no significa que sistemas de seguridad, me atrevería a mencionar a la ONU por dar una ejemplo, no es estén al tanto tratando de detener esto, sin embargo, es algo tan colosal que no existe el número de personas capacitadas para esta tarea, y tampoco la fuerza de voluntad humana de hacerlo.
Con el papel no es lo mismo. Cierto es el periódico y sus notas amarillistas, o algunos casos muy faltos de sentido común, pero no se acerca ni a la sombra de la manifestación por internet de este tipo de negatividades esparcidas por medios. Además, el periódico está formado por mucho personal que, en su mayoría, está capacitado con un cerebro para saber que es bueno y que no mostrar al público por más atención que ello pueda traer. En otras palabras, está editado bajo estrictos regímenes morales para la sociedad.

Segundo, el analfabetismo. Si se busca el distribuidor por excelencia; el saco más grande de papas; el agujero negro que más ha absorbido constelaciones, responsable de esparcir la lengua equívocamente es sin lugar a duda: El Internet. Con tan solo echar un vistazo a páginas de redes sociales, paginas humorísticas y de entretenimiento, en su mayoría, juvenil, uno se va dando cuenta cómo van denigrando el idioma con abreviaciones incorrectas, haciendo una fosa séptica de la correcta escritura. Como todo, hay sus grandes excepciones, pero por desgracia siendo un medio tan masivo, cada vez más gente hace uso erróneo hasta el punto de llegar a tener, según ellos, por entendido que una palabra está bien escrita siendo todo lo contrario. Los libros, las revistas, los periódicos impresos, no se salvan. Para este trabajo existen las editoriales que, si llegase a omitir algún error ortográfico, llega a ser mínimo. A todos se nos ha pasado al menos un error ortográfico, y el que lo niega miente, no obstante, gracias a la difusión de la mala ortografía y reglas gramaticales por medio de internet cada vez más gente va denigrando el idioma nato convirtiéndolo en una hecatombe de error tras error en ocasiones viéndolo como alguna clase de diversión o sátira tratando de parecer graciosos.

Por último ejemplo, más no último inconveniente internetero que se encuentra escasamente en papel, es: El desvanecimiento de algún trabajo. Con esto quiero dar a entender el cómo una obra personal subida a internet puede llegar a morir más temprano que tarde. Primero y principal por el plagio. Una persona fácilmente puede hacer “CopyPaste”, en español “Copiar y Pegar”, y terminar adjudicando que es obra suya, de su propia mano. Segundo, y no menos importante, es el perder validez de algún artículo o una información. ¿Cómo? Fácil: Cualquier persona puede subir una información a internet, puede ser una persona de alguna fuente confiable y lo hace fiel a la verdad, pero lo contraproducente viene cuando uno, o varios individuos malintencionados quieren proporcionar alguna falsedad, peyorando algo o a alguien. Es aquí cuando uno tiende a terminar investigando más a fondo para descubrir la veracidad o la deslealtad a esta en una web de precedencia dudosa..

Otro gran punto en la adversidad entre la permanencia literaria impresa en papel al entretenimiento internetero es la idiotez con la que se “educa la gente”.
En internet se pueden encontrar desde extraordinarios datos, información verídica y artículos de gran utilidad para nutrir nuestra mente. Pero, por otro lado, está la gente que proporciona cretineces al mundo, cosas con las que la gente se entretiene, pero no le benefician en nada, no les sirve de nada, simple entretenimiento, que encima tiene a ser falto de sentido y denigrante de las buenas costumbres. ¿Qué diría Austen si se le dijera que un niño quiere que alguien deje caer un condón lleno de agua en su cabeza para ver si este lo engloba sin romperse? ¿O que diría Melville si le dijeras que una adolescente succiona el aire interno de una botella para que sus labios se engruesen pudiendo reventar vasos sanguíneos importantes para la circulación de la sangre? De seguro se darían un buen “facepalm”. Los libros no son la excepción, sin embargo, los libros no son tan gráficos, sino que dejan que eches a andar la imaginación, lo cual de por si es un gran estímulo mental. Tanto el internet, como medio masivo de comunicación literaria, como los libros, tienen sus pros y sus contras. Pero claro está que por más libros digitales que haya, nunca, y cito a un escritor venezolano de apellido Revilla: Nada reemplazará al papel.
Por más libros digitales que haya, nunca se sentirá la gran satisfacción y placer de tener el libro en físico, en tus manos, sentirlo, palparlo. Y, sobre todo, algo que ningún libro electrónico, ni nada en internet puede superar, ni igualar si quiera, es el incomparable olor de abrir un libro nuevo. Ese olor característico del papel después de ser empastado y haber impreso sobre él el texto en turno. Un placer jamás, ni por lejos, sustituible por un medio internetero ni electrónico, por ninguna clase de entretenimiento. Y que después de años, al abrir de nuevo ese viejo libro, gracias a la lignina (prima de la vainilla) en descomposición dando lugar a las paginas amarillentas, olerlo una vez mas y querer enfrascarte a esa historia, a esa novela, cuento, relato, poema, ensayo, escrito, que hace tiempo te cautivo entre tus manos. Nada, absolutamente nada electrónico, se equipara ni se equiparará a esta experiencia que solo el papel te ofrece.
Por último, como reflexión quiero tocar por encima un punto comenzando por mencionar algo que escuché de este autor venezolano. Él dijo una vez que un libro escrito por encargo, así como las películas de Hollywood que se les acaban las ideas y sacan algo por el único motivo comercial, nunca se comparará a un libro escrito por el placer de plasmar literariamente un cuento, una novela, algo que tú quieres compartir y contar por el simple gusto y placer de hacerlo, por ser algo que te llena. Y aquí recuerdo a otro autor alemán de apellido Bukowski citando sus propias palabras:

Si no te sale ardiendo de dentro,
a pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del ordenador
ó clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa sólo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir
como cualquier otro, olvídalo.

Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.

Si primero tienes que leerlo a tu esposa
ó a tu novia ó a tu novio
ó a tus padres ó a cualquiera,
no estás preparado.

No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.
A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas, no lo hagas.
Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
ó hasta que muera en ti.
No hay otro camino.
Y nunca lo hubo.


El entretenimiento comercial, electrónico en su gran mayoría, no se compara con el buen entretenimiento de una buena novela venida del alma plasmada en papel. Esa es la breve reflexión.